Buscando Tesoros

Cansada de la lluvia, el sábado salí a buscar algo. Fue uno de esos días en los que yo me autodenomino "buscadora de tesoros". La mayoría de las veces no se exactamente que es lo que busco, pero se que quiero un hallazgo. Algo que me haga sentir que ese día estuvo bien vivido.

Casi nunca sé que es antes de encontrarlo. A veces es un restaurante, a veces una receta o una buena comida. A veces un lugar y otras, un objeto. Siii!!preciados objetos a los que quizás yo sola les encuentro significado.

Extrañamente este sábado sabía lo que estaba buscando. Por la tarde, quería encontrar un lugar de cosas con historia, de muebles que tuvieron otra vida. Por la noche esperaba un manjar!

Kilómetros más, kilómetros menos, encontré el sitio perfecto!! muebles en restauración, vajilla y cuadros antigüos, puertas de antaño.

Un lugar que parece dejado, pero que resulta muy cálido, con un encanto particular. Varias cosas interesantes...quedo agendado en mi mente y volveré!! Seguí paseando, viendo cosas para mi nuevo hogar.

Todavía no había encontrado el manjar, así que decidí volver a Capital. El destino fue aquel que nunca me falla: el barrio chino.

Mi marido y yo somos fanáticos del pescado, así que fui derecho a la pescadería de Ichiban. De golpe un hermoso atún rojo me miraba. Encontré el manjar!!! Compré unos 600grs de atún rojo y me fui a casa a cocinar.

Herví unos papines, corte una palta, un poco de lechuga y grillé unas vieyras. Un poco de oliva y limón y ya estaba lista la ensalada.

Con la plancha bien caliente y un poquito de manteca, el atún rojo comenzó a hacer su música. Un poco de sal, pimienta, oliva y limón. Doramos de un lado, doramos del otro, pero en el centro casi crudo! mmmmm ....

exquisito!!

Trabajé mucho esta semana y por eso no quiero nada dulce. Igual dudo, pero no. Entonces ahora si, mi día esta completo!